Seraphine, de padres zaunitas, nació en Piltover y es capaz de escuchar las almas de los demás. El mundo le canta y ella le devuelve la canción. Aunque esos sonidos le resultaban abrumadores cuando era pequeña, ahora le sirven de inspiración, y transforma el caos en una sinfonía. Actúa para ambas ciudades con la intención de recordarles a sus ciudadanos que no están solos, que la unión hace la fuerza y que, a los ojos de Seraphine, su potencial es infinito.